Compartí un Post con mis compañeros de trabajo, y quedé como el malo
Y no es la primera vez que ocurre. Mi papá siempre dice que nací para llevarle la contraria al mundo, y cuando dice mundo se refiere a él y a sus absurdas aseveraciones o normas sin fundamento.
De manera natural en casa se fué formando en mí esa necesidad de no aceptar las cosas tal cual son o que tratan de imponer sin una explicación objetiva, o al menos una evaluación crítica. «Eres demasiado terco», «Es lo que tu dices y yá», «Eres demasiado necio», «Eres demasiado imbécil», «Te encanta el caos», entre otras frases de ‘defensa’ cuando no logran mi aceptación… al que le importe mi aceptación.
Este post describe un fenómeno que me encanta. El autor llama una nueva tendencia de desarrollo de software basado en la ‘moda’. Yo lo traduzco como desarrollo basado en emociones. En general, los desarrollos basados en emociones son aquellos cuando tomas X tecnología nueva porque has visto muchos posts en twitter o blogs referente a ella, la mencionan en conferencias, o Facebook o Netflix estan haciendo uso de ellas, y entonces decides emplearla para tu siguiente proyecto en el trabajo o startup, solo por eso, porque es lo nuevo y cool.
Chévere, pero luego ocurre lo siguiente:
- La tecnología no es sencilla de entender porque es todo un paradigma nuevo, tu proyecto se retrasa, se retrasan las entregas, y se frustra el equipo.
- Estas en medio del proyecto y ya existe una nueva versión que depreca cerca del 80% de lo que ya has hecho pero era un cambio necesario para madurar el nuevo framework del que todos hablan. Toca hacer todo de nuevo.
- Diseñaste toda una solución basado en premisas y documentación y la hora de implementar las promesas de funcionalidades, velocidad y estabilidad que tanto presumían en realidad no están ahí.
Personalmente me encanta siempre probar nuevas cosas, de manera crítica, y comparando contra lo que ya conozco. En el trabajo he introducido tecnologías de integración que hoy sustentan gran parte de la automatización de la cadena de valor del negocio. Y cuando lo hice, fue porque previo a eso ya había probado otras alternativas, y empleando un análisis de características. Otro compañero de equipo probó varias soluciones para el desarrollo de aplicaciones móviles antes de elegir el enfoque que la nueva generación ha heredado. Pero esto solo lo saben mi antiguo jefe, compañeros de trabajo y yo.
Hoy por hoy, de mi grupo inicial de trabajo quedamos solo tres, y hay cerca de 30 personas mas jóvenes, igual de emocionados y enérgicos en probar nuevas cosas.
Recientemente se eligió emplear dos tecnologías emergentes para dos nuevos desarrollos, se han hecho mesas de trabajo alrededor y se ha empleado mucho tiempo realizando pruebas y prototipos. Todo muy bien salvo por eso último, mucho tiempo empleando pruebas y prototipos y cuando pregunté cuál es la opción B contra la que van a comparar sobre qué van a decidir usar obtuve esto: «Bueno, creemos que no hará falta una opción B»
Wrong, really Wrong
Compartí entonces el artículo que les menciono al inicio con el siguiente mensaje en el asunto del correo «Leamos de manera crítica y revisemos nuestras recientes decisiones».
A la mañana siguiente: «Por qué eres así?», «Estas creando caos», «Solo porque no fue tu idea…».
Recibí muchas acusaciones que solo confirmaban que los acusadores no habían leído el artículo por completo. El mismo, al final, detalla varias estrategias para que los desarrollos basados en emociones salgan exitosos y saber bien que esperar antes de realizar un plan de trabajo y propuesta de producto.
Me decepcionó horrible los juicios levantados contra mi intención de ayudar, pero me reconfortó que algunos si leyeron por completo el post y los vi estableciendo nuevas tareas que se desprenden de esas estrategias dentro de la programación del proyecto.
Mi mantra como desarrollador, evangelizador de tecnologías y gerente de proyectos de software es muy sencilla: no hay que reinventar la rueda, ya todo esta hecho, solo hay que descubrirlo, probarlo y usarlo.