Mi oficina ideal: espacios abiertos con opción a privacidad

Recientemente leí un post el cual describía por qué una de las personas entrevistadas se concentra mas en un café que en su propia oficina.

La tendencia de oficinas abiertas no es nueva, sin embargo sí lo es compartir el escritorio de trabajo; esto se ha impuesto con fuerza en el sector creativo y TI. Oficinas que requieren poco papeleo y donde la mayoría del trabajo se realiza y almacena en medios digitales, han adoptado esta práctica con el objetivo de crear espacios de trabajo mas «cómodos».

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Toda gran idea tiene sus detractores, los espacios abiertos suelen ser estéticamente hermosos, la sensación de amplitud, techos altos y espacios anchos, dan paz. Facilitan la comunicación y socializar con compañeros de trabajo. Pero todos estos beneficios se acaban cuando todos quieren conversar al mismo tiempo; sin paredes que atenúen los ruidos, te encuentras inmerso en muchas conversaciones y sonidos en tu cabeza que no permiten que escuches tus propios pensamientos y te concentres en tu trabajo.

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Mi espacio de trabajo actual no dista mucho de esta tendencia. Somos islas de 6 a 8 escritorios cada una. Cada quien con los adornos o decoración que prefiera en su espacio. Todo es blanco, suelo, techo, paredes, escritorios, archivadores. Su único contraste son las sillas negras y la ropa que traemos encima. Ventanas panorámicas permiten la saludable y deliciosa iluminación del sol y a su vez una hermosa vista al cielo estrellado cuando cae la noche. Mi espacio actual cuenta con café expreso «ilimitado», y 3 cubículos de reuniones con capacidad de hasta 8 personas cada uno. Como plus, tiene un balcón de la mitad del tamaño de la oficina principal con mesa de Ping Pong, plantas, TV pantalla plana, sonido y una barbacoa.

No me quejo, pero estas son las cosas que agregaría/quitaría para hacer el lugar en el que paso entre 8 a 10 horas diarias, aún mas cómodo de lo que es.

  • Áreas alfombradas: nada mas reconfortante que una pisada silenciosa y atenuada. Mi oficina ideal tiene áreas con sofás y alfombras donde relajarse o atender una llamada. No me quejo si mi isla esté alfombrada también.
  • Cubículos pequeños adicionales: si bien hay experimentos que demuestran que el sonido ambiental estimula el pensamiento y análisis, todo en exceso es malo. De vez en cuando uso una de las salas enormes para crear un espacio entre mi mente y mi laptop. Estos cubículos, preferiblemente alfombrados, serían el espacio ideal para el final del día o cuando toca acompañar a la noche.
  • Salas de siesta: yo no necesito dormir por las tardes para sentirme bien, pero cuando lo he hecho he sentido un plus de energía y concentración. Esto lo hago un momento en la hora de almuerzo en mi escritorio. Los mismos cubículos anteriores podrían acondicionarse para ello.
  • Mas color, menos blanco.
  • Suelo de madera y espacios con muebles con apariencia y olor a esta: la madera siempre me ha parecido relajante, tanto a la vista como al olor. Sé que es difícil de cuidar, ¿pero que cosa valiosa y buena no lo vale?
  • Café con leche ilimitado: porque un cappuccino al menos al día siempre es bueno. Sueño que en mi trabajo coloquen una máquina de café o en su defecto, un Nespresso. No me molestaría con varias de estas en distintos lugares 🙂

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